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Los maravillosos inicios de las cosas

Los primeros días en la universidad fueron los mejores y los peores. En ese entonces todo era completamente maravilloso y cualquier cosa era digna de ser metida en un baúl de los recuerdos para que así pasase a la eterna posteridad. Realmente no era por el hecho de estar sentado en aquellas sillas, era por todo lo que eso significaba. A la edad de 10 años, mas o menos, determiné que estudiaría toda mi vida, o por lo menos, quería aprender algo nuevo todos los días antes de media noche, y ése era precisamente el inicio de toda esa trabajada utopía. He de confesar que infinitas veces, el mero pensamiento de "lo logré", podía con mi ego. 

Desde entonces no se cuantas veces he cenado pizza y Cola-Cola. He perdido la cuenta de las veces he repetido lo mucho que odiaba la cerveza, pero tampoco me acuerdo de cuantas me he bebido. No se cuantas veces he abandonado la carrera en mis pensamientos desde que la empecé, ni cuantas veces me dije a mi mismo que podía cuando en realidad sentía que no, tampoco recuerdo cuantas veces he repetido eso de "extraño a mi perra", o cuantas veces se me ha quemado el arroz. Han sido demasiadas y muy especiales las anécdotas, así como también lo han sido las personas que poco a poco, han ido apareciendo por el camino. Por supuesto que muchos momentos son duros y que todo esto es el inicio de muchas cosas que me quedan por vivir, pero con todo, hasta el momento ha sido de las mejores cosas que he hecho jamás. Llegados a este punto, confieso que también he perdido la cuenta totalmente de las veces en que he pensado en lo maravilloso que era todo.

Ha pasado muy poco tiempo realmente desde que todo esto empezó. Yo ni siquiera había terminado los últimos exámenes pero ya fantaseaba con cómo sería mi nueva vida. Sería un nuevo comienzo en todos los sentidos, tendría que empezar de cero con todo, reconstruirme a mi mismo, "pero esta vez sin nadie que me diga lo que tengo que hacer", pensaba yo. Qué idiota. 

Curiosamente, una de las cosas que he aprendido en todo este tiempo es que cuando tienes que hacerte responsable de tus propias decisiones, cuando sientes que tienes libertad de hacer todo lo que te da la gana, es precisamente cuando tienes mas miedo de actuar. Te das cuenta de que absolutamente todo lo que decidas a partir de entonces, sea bueno o no, será responsabilidad tuya únicamente. Cuando tu integridad física y moral dependen exclusivamente de ti mismo, entiendes que lo peor que puedes hacer es precisamente todo lo que te da la gana. Allí entiendes que si eliges mal, la culpa no será de nadie mas, solo tuya. Por supuesto que todos tenemos el derecho (y el deber) de equivocarnos, pero cuando se trata de tomar las decisiones que hacen la diferencia entre un estilo de vida u otro, y sabiendo el mejor camino, eliges el peor y te equivocas, al darte cuenta ya no puedes levantar el dedo en acusación de nadie, tendrás que reírte de ti mismo y volver a empezar. A eso me refiero. 

picture by josh greet

A veces me gusta pensar en los inicios de las cosas y preguntarme los "porqués", así, cuando tengo la horrible sensación de que no sé donde estoy, ni qué es lo que estoy haciendo, y lo peor de todo, para qué lo hago, miro ese preciso momento que marcó el antes y el después. Y entonces, continúo.

10 comentarios:

  1. Claro, si lo bueno que tienen los principios es que te permiten cambiar lo que viene, si no ves que no te gusta :)

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    1. Sara que gusto verte por aquí! Estoy muy de acuerdo contigo, a excepción de un pequeño matiz: yo diría que lo bueno que tiene el PRESENTE es precisamente que te permite cambiar lo que viene si ves que no te gusta, los inicios fueron la motivación, el presente es la oportunidad. ;)

      Un abrazo!!

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  2. me encantó !!!!!!!!!!!!!!!!!!!=)

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  3. Si en lo del marketing no llegases a brillar... seguro que en la literatura si lo consigues!!! grandes, profundos y muy buenos relatos!! ;)

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    1. Gracias por tus buenos deseos "miss anónimo", has hecho un buen esfuerzo por ocultar tu identidad pero lamentablemente para ti, pude escucharte/visualizaste en mi mente a medida que leía el comentario. Un abrazo!!

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    2. tendras que darme alguna clase para aprender a camuflarme mejor detrás de mi "personaje" ejejej... pero como dice por ahí: "la belleza de algunas cosas, esta en el intento!" ^^

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  4. Creo que el porqué de todo es que estamos vivos, vivimos para hacer cosas, para ser, para ir para adelante.
    Podés tropezar, podés caer, podés rasparte las rodillas y todo eso y más son consecuencias del porqué.
    Tal vez mi forma de ser de no cuestionar demasiado, sino que soy más bien fatalista; de lo que me ocurre aprendo y lo enfrento. Soy más bien del para qué...
    Abrazos!

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    1. Muy de acuerdo contigo, al fin y al cabo, lo que realmente importa es el para qué, solo que muchas veces tendrás que encontrar antes el motivo (el porqué), para entonces darle un sentido a lo que haces y encontrar el propósito (el para qué). Muchísimas gracias por tus comentarios Etienne.

      Un saludo,
      Fer!

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  5. "reírte de ti mismo y volver a empezar" me he reído al leer eso.. supongo que es porque me ha parecido brutal la entrada, y esta manera genial de acabarla me ha gustado mucho.. o porque me siento identificado con muchas cosas..
    que razón tienes al decir que al final no tenemos que apuntar con el dedo a nosotros mismos..

    si te has bajado el 'Superlative' espero que te guste! y si no, te animo a probarlo!

    por cierto, brutal tu blog! :)

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