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Corazones como plumas

Hace unos días una persona a quien realmente aprecio me dijo: "He leído el artículo que escribiste, pero tengo que decirte que has perdido tu esencia". Durante los días siguientes y hasta hoy, me preguntaba cual seria esa esencia, qué fue lo que antes estaba y ya no esta, cual era esa fragancia que desprendían mis lineas y que ahora ya no estaba. Releí unas cuantas veces más el susodicho texto; lo leía para asegurarme que los puntos estaban sobre las íes y que, aparentemente, no me faltaba ni una sola coma, lo leía tratando de encontrar un qué, un cómo y un porqué, que efectivamente no encontré hasta mas tarde. Creo que llegué a memorizar cada una de aquellas frases. Ahora que lo pienso, resultaba un tanto estúpido buscar esas respuestas en unas palabras que yo mismo había escrito. ¿Qué me habrá querido decir exactamente?, ¿Me habré expresado mal?, ¿Donde?, ¿A que esencia se refiere?. Pero no la encontré. En ese preciso momento en que me dí cuenta de que no encontraba lo que estaba buscando porque simplemente no estaba. Debo reconocer que fue desconcertante descubrir que, efectivamente, eran palabras... solo eso.



Una de las entradas que más éxito ha tenido en este blog (según Blogger), es la de "No me gustan las orillas", y por paradójico que parezca, es la que más me ha costado escribir. Si te preguntas porqué la respuesta es sencilla: porque cuando estas enfrente del teclado, con la mente en el recuerdo, el corazón blando y los dedos ágiles, afloran sentimientos y sensaciones extrañas que hasta entonces solo a ti, y a veces, a tu círculo más selecto pertenecían; entonces te preguntas si vale la pena desnudar una parte de ti para que alguien que lee lo que escribes, desde quien sabe donde, bajo qué circunstancias y que quizá nunca llegues a conocer, piense que ha valido la pena la lectura, que ese cúmulo de palabras le aporta algo, alegría, energía, intranquilidad, rabia... Quizá una sonrisa, una lágrima o solo ganas de volverlo a intentar. Cuando escribí "No me gustan las orillas", supe que valdría la pena.

Me permitiré el lujo de decir a quien sea: Si quieres escribir, escribe. Escribe lo que quieras, pero si quieres que tus palabras sirvan para algo más que para recordar a la gente que aún no se han olvidado de leer, entonces escribe con el corazón. He aprendido que si eres capaz de utilizar tu corazón como tu pluma cuando quieras expresarte con palabras, entonces empezarás a transmitir. Mientras tanto, solo serán palabras.

4 comentarios:

  1. Joope! me gusta esta entrada :)
    x cierto gracias por pasarte :P
    te sigo porque me gusta tu forma de escribir i las cosas que escribes

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  2. OLEE! Muchas gracias por animarte a comentar. Un saludo.

    Ferxolate!!

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  3. Me alegro de que te guste mi blog... a mí el tuyo también me ha empezado a enganchar. Y estoy completamente de acuerdo con esta entrada. Te sigo! Un saludete :)

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